Cuando se dice que “los números no mienten” es porque así
es. Los números reales, fríos, sinceros, no esos números trabajados a nuestra
conveniencia (por desconocimiento o por no querer saber la realidad). Los
números nos enfrentan con crudeza, nos dicen en dónde estamos, cuáles objetivos
se cumplieron, o cuán cerca o lejos estamos de cumplirlos.
La confusión generalmente se encuentra en no saber distinguir
entre ventas y rentabilidad. ¿Si te ofrezco el 30% de participación en las
ventas es lo mismo que si te lo ofreciera en las ganancias? ¿Te llevarías lo
mismo? ¿En cuál de las dos alternativas te llevarías más?
Cuando hablamos de ventas hablamos de ingresos, de lo facturado, pero, cuando hablamos de ganancias, hablamos de lo que nos queda luego de restarle a los ingresos todos los costos e impuestos.
Por ejemplo:
ingresan 100.000, de costos e impuestos tengo 70.000, la ganancia es 30.000
(obviamente en forma muy sencilla).
Leyendo una revista de negocios que siempre habla de
start-ups lo que se resalta es cuánto facturan al año y cuánto se espera
facturar. Sinceramente si tuviera que analizar esos emprendimientos
preguntaría: ¿cuánto facturan? ¿cuáles son los costos? ¿cuánto ganan? (siempre
hablando de números claro). Una empresa puede facturar 1.000.000 al año y puede
estar en pérdida, ni siquiera tener ganancias.
Emprendemos para ganar plata. Esa es la realidad. Si no
estás analizando bien tus números o no te pusiste a pensar en ellos, este es el
momento. Tal vez es necesario incrementar las ventas, o bajar los costos, o
ambos, o cambiar el modelo de negocio, etc. Es mejor saberlo y tomar una
decisión.
Por último, por más chiquito que sea tu emprendimiento, si
te comparás con otros, tené en cuenta que no todo lo que brilla es oro.
¡Éxitos!
Lic. Gabriela Dobler
@gdobler
Lic. Gabriela Dobler
@gdobler
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